12 enero, 2009

La cumbia chilena en el año nuevo

Ya estamos en la segunda semana de enero, y recibimos otro año lejos de Chile. Unos días antes del fin de año recibimos la invitación de Antonio, un amigo chileno, a pasar el año nuevo en su iglesia. Estaban preparando una fiesta, con baile y comida. Sonaba interesante ya que habiamos asistido a una fiesta similar para el día de los enamorados y lo pasamos muy bien. Al menos pudimos bailar, cosa que no hemos hecho aca y extrañamos mucho. No por falta de voluntad, es que la situación es diferente, no tenemos quien nos cuide los niños y además tratamos de ahorrar lo que se pueda... y si vamos a gastar en algo buscamos una actividad que podamos disfrutar todos juntos.

Como hemos tenido la grata y amena compañia de una pareja chilena viviendo cerca nuestro desde hace algunos meses, y ya que ellos tambien estan solos por aca, los invitamos a que se nos unieran. Llegamos a la fiesta alrededor de las 10 y los niños encontraron su propio entretenimiento: Florencia jugando con otras niñas de su edad y Sergio en una sala destinada a video juegos.

Sentados disfrutando de los aperitivos y bebidas mirabamos como el DJ no le daba a la musica para encender el ambiente, ademas que, lleno de mexicanos, la musica estaba llena de quebraditas! Pero a las 11 de la noche, nuestro amigo Antonio tenia su turno en la mesa de sonidos y la musica se puso mucho mejor. Mas gente entró a la pista y, en la mejor parte de la noche, a mi parecer, sonaron las cumbias chilenas!

Jamas pensé disfrutar tanto de estas cumbias, de alguna manera me recordaron las fiestas de año nuevo en la casa de mi abuela, llena de primos y tios, mis hermanos y papas, bailando, bromeando y riendo toda la noche. Podria decir que me emocionaron, como quizas muchos chilenos en el exterior se emocionan al escuchar las cuecas. Es que son esas cosas las que mas extraño de Chile, las reuniones familiares. Ver a la gente, conversar, bailar para el año nuevo o el 18. Mis primos que los veo a todos tan grandes en las fotos. Mis abuelos... Dios quiera que los vuelva a ver... mis papas y mi hermanita, que se que sufren con la lejania de los nietos y sobrinos.

Como buenos chilenos nos cantamos las canciones, hicimos el trencito y el tunel, y al parecer los demas bailarines disfrutaron tambien de la musica. Al menos no se volvió a desocupar la pista.

Lo mas divertido de la noche fue que recibimos las 12 y la fiesta se acabo de un zopetón, empezaron a limpiar, a sacar las mesas, ordenar, y nosotros que sentiamos que la noche recién comenzaba. No nos quedó otra que ayudar a ordenar, y nos fuimos luego a la casa de Cathy y Eduardo, nuestros amigos, a tomar la merecida champaña de la noche. Cabe aclarar que estabamos en una iglesia de mormones, asi que no habia ni una gota de alcohol, ellos brindan con cidra. :P

Bueno, otro año comienza, y ya saben, con un nuevo y tremendo desafio. De nuevo nos movemos y emprendemos otro rumbo. Cosa que a la familia les habrá debastado las esperanzas de vernos pronto. Gracias a todos los que nos han acompañado de alguna u otra manera y nos siguen deseando suerte y felicidad.